(...) Flor, centro, capullo, útero maldito, dolor moribundo. Maloliente decreto que pide ser trascendido.
Lealtades repugnantes a alguien que no existe más que en la mente de quien lo aprisiona. Soy yo quien aprisiona y soy yo la prisionera.
Trasciendo y la flor se vuelve ceniza. La sangre se convirtió en fuego y la ceniza vuela en el viento impuro que alza llamas a los lejos: llamas que darán calor a ranchos antiguos donde una mujer está pariendo sola llanto y dolor. Mujer que fui, mujer que soy, mujer que ya no seré.
(...) La mujer está pariendo un intruso. El intruso se llama miedo. El útero lo escupe y el fuego transmuta el dolor prisionero en alquímica liberación.
Lourdes Mariel Sánchez Hirsch
Es increíble lo que los arcanos detonan en el campo de la escritura y de cualquier arte. Ahora que leo tu presentación del blog, recuerdo algo que leí ayer en un muro "si lo crees, lo creas"... Felicidades, un placer leerte.
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